Un error común
Usualmente se cometen errores de apreciación que han ayudado a empeorar la situación de la organizaciones. Interrogantes tales como ¿el líder logró popularidad? ¿la gente le obedeció? ¿hizo con la audiencia lo que le dio la gana? ¿evitó el problema?, las cuales conllevan defectos importantes. Veamos:
1)Más importante que referirnos a un ¨ líder¨, es analizar quién ejerció el liderazgo en un momento determinado toda vez que puede no ser el mismo que lo ejerza en eventos sucesivos. Por otra parte, la popularidad es un dato que puede verificarse con el ejercicio del liderazgo o no, luego, no es esencial ni definitivo en él;
2)Modernamente ya no se vislumbra el liderazgo en función de ¨seguidores y caudillos o jefes¨ sino en términos de servicio y colaboración. Luego, lo dable es preguntarse: ¿se logró obtener los mejores recursos del grupo con la intervención de todos?. De suerte que la ecuación es diametralmente opuesta. Algo más: en los tiempos actuales por encima del logro de la obediencia se apunta al establecimiento de esquemas de ¨influencia¨;
3)Ya no creemos que el asunto del liderazgo es ¨lograr lo que al líder le dé la gana¨….sino que, por el contrario, se busca lograr un nuevo posicionamiento positivo para el grupo gracias a su ejercicio, en términos de ¨ganar-ganar¨; y
4)Modernamente no se considera ¨líder¨ quien logra que no aflore un conflicto, sino quien lo orquesta planificadamente, organiza, canaliza y saca lo mejor del mismo con el objeto de lograr que el sistema se movilice. Además, se acepta que los conflictos postergados irrumpen después con mayor ferocidad e intensidad, minimizando las posibilidades de ejercer algún tipo de control sobre ellos y maximizando sus dimensiones.
Es por eso que hoy en día preguntamos otro tipo de cosas:
¿Qué fue eficiente en el ejercicio de liderazgo? ¿ Desde qué posición se ejerció el liderazgo ? ¿Cómo se convenció eficientemente al grupo? ¿Qué principios fueron eficaces al momento de influir sobre el grupo?¿Qué análisis le resulto útil al equipo o a la organización? ¿Se logró un aprendizaje mediante un proceso de adaptación? ¿Se sobrevivió al ejercicio del liderazgo?.
El objeto final de estas líneas es cambiar el esquema tradicional que nos ha llevado a muchos errores en el ejercicio del liderazgo y abrir nuevos horizontes y reflexiones.
Un deslinde necesario
Pensamos que el liderazgo es el ejercicio de una actividad con un propósito loable y es menester advertir que la persuasión es un proceso de influencia que ayuda en el ejercicio del mismo. Un pequeño cuadro puede ayudar a diferenciar ambas nociones:
El nuevo concepto
Desde los predios del transformacionalismo concebimos al liderazgo como una actividad que se ejerce para lograr que el grupo alcance resultados positivos a través de la movilización de sus mejores recursos para así adaptarse a cambios y terminar sacándole provecho a los mismos. Esta actividad puede desplegarse bien desde posiciones de autoridad como de no autoridad y su desarrollo debe enmarcarse en la tarea de cierre de una brecha entre los principios morales absolutos y la realidad desafiante.
El concepto que se presenta es aplicable a nuestra realidad, tiene sentido práctico, es útil, tiene valores incorporados, es sistémico ( en función y enmarcado en un sistema) y apareja una metodología para su ejercicio, tal y como veremos seguidamente.
Equilibrio, desequilibrio y adaptación
La organización es un sistema socio-técnico y , como sistema al fín, pugna por mantenerse en equilibrio, es decir, en circunstancias en las cuales las fuerzas en contraste están más o menos en compensación o estabilidad. Es más cómodo mantenerse así ya que cambiar el punto de estabilidad implica plantearse si acaso se terminará peor o ,simplemente, se corre el riesgo de perder lo que ya se tiene. Esta sensación de pérdida o inquietud es la fuente constante de las resistencias al cambio en los sistemas pero, a la vez, es manifestación de la presión que genera el propio cambio, por sí solo. De hecho…si no hay resistencia al cambio es porque….no se está cambiando nada. Es por esta razón que sin desequilibrio no hay impulso a través del estrés positivo y, por ende, el sistema no…se mueve. Por el contrario, es aceptado que cuando se aplica presión desequilibrante al sistema se obliga a que éste se movilice en torno al mismo y a partir de allí se inicia el tránsito hacia la zona de aprendizaje: área en la que se vuelve a la estabilidad en condiciones en las cuales el sistema comienza a reflexionar y a aprender las lecciones provenientes de lo acontecido. La presión desequilibrante puede provenir del sistema mismo o de su ambiente de interrelación.
La presión desequilibrante se desprende de la existencia de un cambio que compele al sistema a tomar uno de estos dos caminos: adaptarse al cambio o evadir el rigor que adaptarse a él implica.
Adaptarse es flexibilizarse ante el cambio para abrazarse a él y sacarle el máximo del provecho. No se debe confundir con resignación.
Reacción del sistema frente a los cambios
Ante los cambios caben diversas reacciones: 1) hay quienes se niegan a cambiar porque no aprecian la real necesidad de hacerlo; 2) hay quienes caen en el pánico paralizante y se quedan absortos e inmóviles; y, 3) hay quienes intentan adaptarse a las nuevas situaciones. Quienes experimentan las reacciones 1 y 2 comúnmente acuden a mecanismos que intentan justificar, en alguna medida, su comportamiento….es decir, su evasión a la necesidad de cambiar. Estos modos de actuación intentan aliviar la presión ejercida por el cambio mismo y se traducen en el súbito abandono del tema que presiona. Veamos cuáles son estos mecanismos:
Quienes echan mano de estos procederes huyen del cambio…y la experiencia es que el cambio les alcanza con mayor rigurosidad en algún otro tramo del camino.
Trabajo técnico vs. Trabajo de adaptación
No siempre se trata de acciones que impliquen el desarrollo de liderazgo. En efecto, aunque cada vez son mayores los ámbitos de estos ejercicios de liderazgo lo importante es diferenciar cuando una situación determinada exige una acción de creatividad o, por el contrario, la implementación de una receta existente. Si lo que se exige es una solución tipo receta..pues estaremos ante un problema técnico que compele una solución técnica…mientras que si la respuesta ante un desafío no está a la vista sino que exige adaptación a elementos distintos e inventiva…pues estaremos a la búsqueda de una solución de adaptación. En estas últimas circunstancias es que se verifica el ejercicio del liderazgo.
La autoridad
Hemos hablado de que el liderazgo se puede ejercer desde posiciones de autoridad y de no autoridad. Esta referencia a la posición alude a la ubicación del sujeto en el contexto del sistema, mayor o menor, del cual se trate. Así, es menester abordar lo que la autoridad significa.
A nuestros efectos, la autoridad será considerada en términos de servicio y de confianza. De suerte que la autoridad es una expresión de confianza de un colectivo, de un jefe, de un sistema, etc. Esa confianza apareja la obligatoriedad de devolverla en términos de servicio, es decir, en términos de logros positivos para aquel sistema u órgano que la ha depositado.
Sin embargo, es importante delimitar y diferenciar dos tipos de autoridad:
1) La formal o real: que es aquella que viene con la designación, el cargo, el nombramiento ; y , 2) La informal o moral: que tiene su fuente en los logros personales, el conocimiento, la reputación y la apariencia personal e , incluso, en el hecho de personificar lo contrario a lo existente, cuando se trate del fín de un ciclo del sistema. Un hallazgo moderno interesante es que existe un proceso constante que demanda la unidad de ambas autoridades. Ello porque quienes ostentan una tienden a deteriorar sus posiciones a menos que ganen la otra. Por ello quienes son autoridad formal deben convalidarla logrando autoridad informal y viceversa. Ese proceso se conoce como ¨legitimación¨ y se traduce en aprobación y aceptación. El proceso es permanente y todo indica que su devenir no tiene descanso.
La autoridad es distinta del poder..simplemente porque éste es una herramienta de la autoridad formal.
El hecho de que la autoridad es una posición desde la cual se puede ejercer el liderazgo también implica algo que añade inmenso riesgo a la decisión primigenia de liderar: las expectativas son mayores y lógicas cuando se trata de liderazgos ejercidos por la autoridad y , por ende, llenos de responsabilidades y potenciales consecuencias de todo orden.
Una innovación de reciente data es el aceptar la posibilidad de que el liderazgo sea ejercido desde posiciones de no autoridad. Esto ha marcado un cambio importante en el rumbo de estos estudios y señala que es dable que el trabajo de adaptación de un sistema sea orquestado por quien no es ni autoridad formal ni goza de autoridad informal….es decir: un perfecto desconocido, del cual no se tiene registro alguno de los elementos de los cuales se podría inferir cualquiera de los tipos de autoridad.
Funciones de la autoridad
Desde siempre, las audiencias han esperado que quienes ejercen la autoridad, en funciones de liderazgo, les brinden: protección al Grupo, generación de atención sobre los temas reales, control sobre los conflictos, dirección clara y orientación, mantenimiento de las normas así como orden. Hoy se acepta que los sistemas esperan que la autoridad les brinde, en desarrollo del liderazgo: 1)Dirección: una visión clara hacia dónde ir, una vía de desarrollo por la cual transitar, una dirección que oriente el tránsito vital, claridad en los objetivos y las metas y en la forma de abordarlos ; 2)Protección: cobijo ante los enemigos comunes, sensación de solidaridad ante las amenazas, identificación de la amenaza y respuesta; y 3) Orden: la sensación de que las conductas deben desplegarse conforme las normas o, al menos, de acuerdo al sentido común. Ello permite orientar a las personas, establecer y mantener normas y controlar los conflictos.
El modelo del ejercicio del liderazgo
Pasos para el ejercicio del liderazgo
La anulación del ejercicio del liderazgo
Usualmente se advierte de los riesgos que apareja el ejercicio del liderazgo aunque no se advierte de su intensidad. Algunos reputados tratadistas hasta hablan de la posibilidad del ¨asesinato del liderazgo¨..aunque no de forma literal sino advirtiendo de la potencial anulación de la actividad. ¿Por qué puede suceder eso?…Bueno, cuando alguien personifica la causa de la pérdida colectiva y simboliza la fuente del estrés general es el origen de una molestia extendida o sencillamente manejó mal las expectativas de la gente hasta que el sistema se considera engañado…pues, simplemente…puede ser asesinado..en términos de su liderazgo, por supuesto. Evidentemente, este mecanismo es comúnmente injusto e improductivo y comporta una segura pérdida de tiempo en la cual se ensayan otras cosas hasta que usualmente se vuelve a transitar la misma senda advertida por quién fue dramáticamente anulado.
Para no ser anulado o asesinado
Nadie tiene porqué resignarse al martirio a la hora de ejercer el liderazgo ya que es posible evitar ser anulado o asesinado en el decurso de su ejercicio. Por ello se sugiere: 1) Despersonalizar el análisis. Es decir, acostumbrarse a ver la vida propia como si fuera una película, desapasionadamente. Es como subirse a un balcón y rebobinar los eventos que pueden arrojar luces acerca del ejercicio del liderazgo; 2) Distinguir el rol de la persona. Ser el superior jerárquico las 24 horas del día impide que la gente pueda tener acceso al verdadero ¨yo¨ de quien ejerce el liderazgo con mayor frecuencia. Cuando la audiencia tiene acceso a la verdadera persona agrega consideraciones adicionales a su juicio a la hora de decidir anular un ejercicio de liderazgo o no; 3) Externalizar el conflicto. Hay quienes llevan el enfrentamiento a cuestas todo el tiempo y como no drenan simplemente terminan llevándolo a todos los planos de su vida. Eso hace que la gente no aprecie quiénes son sino el problema que refrescan con su sola presencia. Así que hacerlo aflorar y drenarlo permite mejorar las relaciones interpersonales y, por ende, ser menos la causa del problema; 4) Utilizar asociados y confidentes. Es decir, ampliar la base de acción con gente que comparta la visión del asunto aunque no sean cercanos (asociados) así como con elementos del sistema directamente relacionados (confidentes); 5) Escuchar usándose uno mismo. Es importante aprender de lo que uno transmite para evitar comunicar un mensaje equivocado. Una comunicación correcta parte de la exacta apreciación de lo que se desprende de uno mismo; 6) Preservar el sentido de los objetivos. Esto hace que siempre se aprecie la claridad de la visión por encima de cualquier consideración ulterior; y, 7) Asuma un sitio en el cual estar consigo mismo, conversar con su propio yo interior, reflexionar y meditar acerca de lo fundamental.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.